top of page
2609c-6555-a1-fairisle-camel-grey-sparkl
Imagen%20bisabuelo_edited.jpg

JUSTO I

Justo Gimeno Pradilla, “el sastre”, nace en una época de la historia de España de pobreza y hambruna. Tanto lo sufrió en su casa, que cruzó el continente en busca de empleo. Fue entonces, cuando a la edad de 14 años tomó un barco en solitario que lo llevó a Buenos Aires, Argentina; para aquel entonces, esta era una ciudad que estaba a nivel de la moda como París. Durante sus primeros años estuvo de aprendiz en un taller de confección. A la gente de su condición en el gremio, aprendices, no se les remuneraba el trabajo, sino que se les daba el sustento básico, se les permitía dormir en la mesa de corte, y se les formaba para el oficio. Una vez que aprendió cómo funcionaba, regresó a España y montó su propio negocio bajo su firma “Justo Gimeno”: una sastrería a medida. Bajo esta firma, sus gabardinas, trencas y trinchera eran conocidas en toda España por su calidad y buen hacer.

Justo contrajo matrimonio con Justa, pero enviudó y más tarde contrajo matrimonio con la que sería la madre de su único hijo, Concha. A pesar de que fue un padre mayor, a los 58 años, tuvo la astucia de llevarse a su hijo de viaje a trabajar y a conocer clientes para que fuera madurando; tuvo la suerte de que su hijo Justo quiso incorporarse al negocio, de tal forma le fue legando todos los conocimientos que adquirió. Su hijo no sólo continuó el negocio, sino que además lo reinventó sin perder su esencia, siempre bajo el consejo de su padre, quien le acompañó profesionalmente hasta que falleció.

Justo “el sastre” era un hombre de una vitalidad excepcional, pues persistió en el negocio hasta los 80 y pico años; cabe matizar que los viajes a Madrid y al resto de ciudades no eran en el día, sino que eran jornadas de trabajo de un mes.

33554610.jpg
Imagen antigua Justo I.jpg
bottom of page